El bueno de
Hupalupa lloró cuando Hautacuperche decidió matar al conde. No negaba que
Peraza hubiera traicionado a los suyos, pero sabía que el joven e impulsivo
gomero sólo actuaba movido por el calor de su bragueta. Ahora tenía que escoger
entre la mezquindad y la estupidez, entre lo malo y lo peor. Y eligió bien. Hupalupa
murió de pena poco antes de que ambos contendientes cayeran.

Para hacer pellas comme il faut
hay que escoger un gofio nuevo (yo lo prefiero de trigo, pero puedes hacerlo
con el que te venga bien), ponerlo en un cacharro de barro, y regarlo muy
poquito a poco con el caldo caliente resultante de sancochar ese pescado de
roca del que hablaba antes. Luego lo revuelves hasta obtener una masa compacta
en forma de pan, cortándola en rodajas de un dedo de ancho... Y ya tienes un
exquisito manjar listo para acompañar el pescado a la manera que más te guste o
convenga.
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