Santa Catalina de Siena, patrona de Italia, se casó místicamente con Jesús... Pero lo hizo con todos los honores. Según la tradición católica, Catalinetta tenía la hermosa costumbre de gritar y revolcarse mientras veía a la Virgen. En una de las visiones místicas, María le anunció que en breve se convertiría en su suegra, y le presentó al mismísimo Jesús; la boda se celebró con todo el boato y al final de la imaginada ceremonia el Mesías le hizo entrega de un anillo de carne, a la vez que le decía: “Recibe este anillo como testimonio que eres mía y serás mía para siempre” (sic). En realidad la sortija "orgánica" no era otra cosa que el santo prepucio... y la santa de Siena lo llevaría puesto el resto de sus días, aunque sólo fuera visible para ella.
Y Catalina murió y su dedo se transformó en reliquia (ver foto adjunta). Muchas beatas que lo adoraban llegaron a afirmar que veían con claridad el famoso anillo de carne. No somos nadie.
Y Catalina murió y su dedo se transformó en reliquia (ver foto adjunta). Muchas beatas que lo adoraban llegaron a afirmar que veían con claridad el famoso anillo de carne. No somos nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario